Conseguir la máxima sostenibilidad es el principal objetivo de nuestros proyectos inmobiliarios.
El éxito no se alcanza con un sistema mecanizado de conceptos al alcance de la mano. Cada lugar, cada terreno es diferente según su ubicación, la naturaleza que predomina o el contexto urbano en el que se encuentra, y además posee las exigencias correspondientes para que cada concepto sostenible sea único.
Precisamente para poder ofrecer un estándar al que nos podamos ceñir en cada planteamiento en concreto, existen una serie de requisitos mínimos a los que aspiramos en cada proyecto para la mencionada vivienda pasiva.
A grandes rasgos se podría definir una vivienda pasiva como una construcción con una demanda energética muy baja que ella misma puede cubrir en su totalidad. Dicha construcción funciona de manera independiente de cualquier suministro de energía externo. Para nosotros es además conviente la autosuficiencia del suministro de agua.
Para entrar en detalles sobre este concepto existen diversas definiciones, entre las que podemos encontrar aquellas que sostienen que una vivienda pasiva utiliza un 90 por ciento menos de nergía que un edificio convencional. Otras definiciones nos aclaran este concepto poniendo como ejemplo la obtención de energía pasiva, la utilización de la radiación solar y el calor residual presente en el edificio.
Para tener encuenta los requerimientos de una vivienda pasiva en nuestros proyectos tenemos siempre en cuenta un enfoque independiente. Con el cambio climático que nos afecta en la actualidad dichos requerimientos deberían ser tenidos en cuenta en todos los proyectos inmobiliarios.
Además no estamos ligados a prototipos generales, sino que pensamos que es imprescindible comprobar la sostenibilidad que podría estar presente en cada aspecto específico. De esta manera podremos conseguir un concepto general para cada proyecto en concreto.
Concretamente para nuestra inmobiliaria esto significa,
En cuanto al grado de autarquía nos decantamos claramente por la sosteniblidad.
Construir una vivienda 100 % pasiva presenta en ocasiones algunas limitaciones. Es el caso, por ejemplo, del uso de elementos aislantes que son tan dañinos para el medio ambiente, por lo menos a la hora de su eliminación o la reutilización de su materia prima.
Es por eso que generalmente, según nuestro punto de vista, el “100% de las etiquetas viviendas pasivas” tienen poco que ver con la sostenibilidad consecuente y permanente.
En lugar de eso, nosotros consideramos y sopesamos minuciosamente cada una de las posibilidades y medidas que anunciamos.
Cuando se trata de sostenibilidad, lo damos todo.
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