Cuando se trata de negocios sostenibles, la idea de la economía circular es un tema muy debatido y de gran interés en la actualidad. Hablamos con Martin Stavenhagen sobre qué es exactamente la economía circular.
Es cofundador y director de SD Consulting. Su labor es la de consultor político, investigador y Coach/facilitador para apoyar a los diferentes agentes involucrados en el área de la economía circular y el desarrollo sostenible. A Martin le apasiona trabajar con ciudades, empresas y jóvenes innovadores, por ejemplo, a través de Climate-KIC, la plataforma de innovación climática más grande de Europa, para fortalecer la protección climática y las soluciones sostenibles y avanzar en el diseño de una sociedad innovadora y neutralizada de CO2.
¿Qué se entiende exactamente por economía circular? ¿Qué idea hay detrás de ella?
La economía circular se debe contemplar sobre todo en comparación con la economía lineal, es decir, la forma en la que se opera la economía actualmente en todo el mundo. Esto funciona según el principio de "tomar, hacer, utilizar, perder”.
Por lo tanto, se toma un recurso, se hace un producto, se utiliza y se vuelve a tirar. Lo cual significa que se pierde todo el valor, no solo del recurso en sí, sino también de la cantidad de trabajo y la energía que se destina a él.
Este desperdicio de recursos puede evitarse o, al menos, reducirse en una economía circular. El modelo se basa en ecosistemas naturales. En ellos, por ejemplo, cada hoja que cae de un árbol se convierte en un valioso aporte para otro organismo. Entonces el desperdicio se transforma en alimento para otro. En este sentido, no hay desperdicio en la naturaleza. Los recursos son parte de un ciclo.
La Fundación Ellen MacArthur, que es una especie de líder de pensamiento en este campo, ha definido tres principios básicos de la economía circular:
El tema de la economía circular está cada vez más a la orden del día, pero no es una idea completamente nueva, ¿verdad?
Efectivamente, la idea no es nueva. Se discute ya desde hace muchas décadas.
Un ejemplo de ello fue en el movimiento medioambiental de la década de los 60, en el que empezó a circular la imagen de la “nave espacial de la Tierra”, que se remonta al arquitecto Richard Buckminster Fuller. Esta idea tenía la intención de aclarar que los recursos humanos son limitados. El tema también se discutió extensamente en el estudio "The Limits to Growth" (“Los Límites del Crecimiento”), publicado por el Club de Roma en 1972.
Debido al cambio climático y a la Agenda de Sostenibilidad 2030, el tema ha recuperado su relevancia y ahora es una parte integral del Pacto Verde Europeo.
Cuando pensamos en el ciclo de los materiales, lo primero que nos viene a la mente es el reciclaje. ¿Qué otras opciones hay?
El reciclaje es en realidad solo una forma. Es importante que los materiales no se mezclen en la fabricación de productos, ya que así no podrían separarse después de su uso.
Sin embargo, también se debe tener en cuenta que, si bien la industria del reciclaje mantiene los materiales en circulación durante más tiempo, muchas sustancias no pueden reciclarse indefinidamente.
En la economía circular se trata de pensar en el ciclo de vida de los materiales y productos desde el principio. Que su duración en el flujo sea lo más larga posible y que el valor de los materiales se conserve el mayor tiempo posible y que sea lo más alto posible.
Por lo tanto, otras opciones son diseñar productos de tal manera que duren el mayor tiempo posible, que puedan repararse o que los materiales de otros productos usados se utilicen para la producción.
Un ejemplo sería la ropa desgastada que se puede usar como aislamiento, las sobras del pan para la producción de cerveza, el café molido es muy adecuado para el cultivo de hongos y el vidrio usado puede funcionar como una superficie para las carreteras en combinación con el cemento.
Pero no se trata solo de hacer nuevos productos, también se trata de repensar los modelos de negocio. En lugar de vender algo, podrías prestarlo.
¿Tienes algunos ejemplos de cómo las empresas ya lo están haciendo?
Philips, por ejemplo, ofrece luz como servicio. Los clientes, como el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, compran potencia lumínica en lugar de lámparas por un periodo acordado. Cuando finaliza el plazo, el cliente puede extender el contrato o devolver las lámparas a Philips.
Un ejemplo del sector de la moda es prestar ropa mediante una suscripción. Por una tarifa mensual, el cliente obtiene tres prendas de vestir de su elección y puede usarlas durante el tiempo que quiera. Si ya no quiere utilizarlas más, las devuelve y puede tomar prestadas otras prendas.
¿Podrías hacer una estimación de en qué momento de la implementación de la economía circular nos encontramos ahora? ¿Estamos todavía al principio o hay soluciones que se están implementando?
Algunos nuevos estudios demuestran que solo el nueve por ciento de los recursos que usamos en todo el mundo vuelven al ciclo y continúan utilizándose.
Sin embargo, desde el punto de vista de la conciencia, tengo la sensación de que este tema está llegando a cada vez más personas y también a las políticas de algunos países. No obstante, el consumo actual de los recursos no es en absoluto sostenible, incluso aunque haya una serie de modelos de negocios interesantes que van en esta dirección, todavía son muy pocos.
Es bastante frustrante que los requisitos técnicos hayan estado ahí por mucho tiempo, pero aún no se estén utilizando como se requiere.
Incluso habiendo una caída de nuestras emisiones de CO2 por primera vez en décadas debido al COVID19, esto no tiene nada que ver con un replanteamiento. La pregunta es si esta situación puede poner en marcha un proceso de replanteamiento.
¿Tienes algún consejo sobre lo que cada persona puede hacer para su propio replanteamiento?
En primer lugar, la responsabilidad de la economía circular no debe recaer solo en manos del consumidor. Aquí las empresas y los requisitos legales juegan un papel crucial en la implementación.
Sin embargo, cuando pensamos en comprar algo nuevo, es posible que nos preguntamos si realmente lo necesitamos y también debemos considerar cuánto tiempo o con qué frecuencia realmente deseamos usarlo.
Una máquina taladradora, la cual solo la necesitas una vez al año, podrías tomarla prestada del vecino. Los zapatos rotos también los puedes reparar, o en lugar de comprar ropa nueva, puedes ir a una tienda de segunda mano. Comprar o utilizar algo usado siempre es bueno porque los recursos ya están en circulación.
La economía circular tiene mucho que ver con la cooperación. También tiene su encanto pedir algo prestado y así conocer a tus vecinos o también comprar alguna ganga en un mercadillo. De esta manera el valor del producto radica no solo en el material, sino también en la historia detrás de él. Entonces algo viejo es quizás incluso más valioso que algo completamente nuevo.
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